martes, 13 de mayo de 2008

La copa de cata



La copa de cata o catavinos más aceptada a nivel internacional fue estandarizada por la Asociación Francesa de Normalización, y es por eso que se la conoce como copa Afnor.

Es de vidrio, (no de cristal), transparente e incoloro, con cierto porcentaje de plomo, (entre el 10 y el 25 %). El moldeo es soplado a boca, lo que da como resultado un vidrio fino y ligero, apreciable por su sonoridad.

Resulta de gran utilidad para apreciar el brillo, color, aroma y gusto de los vinos, (especialmente tintos y rosados). Reúne las mejores condiciones para la degustación de la mayoría de los vinos, lo que permite aunar criterios a la hora de intercambiar sensaciones entre catadores que pueden estar en cualquier lugar del mundo.

Sus medidas están totalmente normalizadas: 225 ml de capacidad, 155 mm de altura, 46 mm de diámetro del borde, 65 mm de diámetro en la parte más ancha y en la base, y 9 mm de diámetro de pie.

Para realizar una buena cata basta con llenarla un tercio de su capacidad. Tenemos que sostener la copa por el tallo o fuste, ya que si no transferiríamos el calor de nuestra mano al vino, el cual se calentería con bastante rapidez, (aproximadamente 2 ºC cada 15 minutos). Observamos que en esta copa el diámetro de la boca es menor que el del cuerpo para evitar que se escapen aromas y poder analizarlos con mayor profundidad.

En fin, se puede decir que es todo un lujo que este tipo de copas sean accesibles a todos los amantes del vino y podamos expresar nuestras sensaciones de una forma lo más similar posible.